El miedo al agua, denominado acuafobia o hidrofobia es uno de las fobias más extendidas y puede presentarse por el miedo a las aguas profundas, olas, ríos o simplemente por unas salpicaduras. Como en otros tipos de fobias suele presentarse en diferentes niveles y puede ser muy peligrosa ya que si el sujeto que la sufre no es capaz de superar el bloqueo mental pudiera verse en peligro de morir ahogado.
Quedarse encerrado puede ser una pesadilla más o menos común entre todos los humanos. Los espacios cerrados y la pérdida de libertad de movimiento pueden llegar a generar ansiedad, nerviosismo, ahogos y otros muchos síntomas.
Se calcula que alrededor de ocho de cada cien personas en España sufren o han sufrido en algún momento de su vida un miedo que los ha paralizado. Este trastorno se convierte en un terror con síntomas de taquicardia, dificultad para respirar, temblor, náuseas y mareos.